lunes, 1 de octubre de 2007

HOLANDA


Bienvenidos a Holanda por Emily Perl Kingsley


A menudo me piden que describa lo que es la experiencia de criar a un niño con una discapacidad. Para ayudar a entender lo que esta experiencia única significa, a aquellos que nunca la han tenido; para poder imaginar lo que se siente, dejenme decirles que es algo parecido a lo siguiente...
Cuando se va a tener un bebé es como planificar un viaje de vacaciones fabulosas a Italia. Se compran un montón de guías turísticas y se hacen planes maravillosos: el Coliseo, el David de Miguel Angel, las Góndolas de Venecia. Uno se prepara incluso para aprender algunas palabras en italiano. Es muy emocionante.
Luego que se han pasado meses en espectativa, finalmente llega el esperado día. Horas más tarde, el avión aterriza. La aeromoza se acerca y anuncia: "Bienvenidos a Holanda".

"Holanda?!" se pregunta uno. "Como que Holanda?!" Mi vuelo era para Italia! Se supone que debía estar en Italia. Toda mi vida he soñado con ir a Italia.
Pero, ha habido un cambio en el plan de vuelo. El avíon aterrizó en Holanda y debe quedarse aquí.
Lo importante es que no le han llevado a un lugar horrible, desagradable y sucio, lleno de pestilencia, hambre y enfermedad. Es sólo un lugar diferente.
Así es que usted debe salir a hacer compras y adquirir nuevos mapas y guías. Y debe aprender un nuevo idioma. Y conocerá a un montón de gente que nunca habría conocido.
Sólo que es un lugar diferente. Con un ritmo un poco menos ajetreado que el de Italia, menos bullicioso y aparatoso. Pero, luego de estar allí por un tiempo, una vez que la agitación ha pasado, usted mira a su alrededor y comienza a darse cuenta que Holanda tiene los molinos de viento, y Holanda tiene los tulipanes. Holanda incluso tiene los Rembrandts!
Pero todo el mundo está muy ocupado iendo y viniendo de Italia, y todos se ufanan de las maravillosas vacaciones que han pasado allí. Y por el resto de su vida, usted se dirá "Si, allí es donde yo debía haber ido. Eso es lo que tenía planeado".
Y ese dolor nunca, nunca jamás se irá, pues la pérdida de ese sueño es una perdida muy significativa.
Pero, si usted se pasa la vida lamentando el hecho que no llegó a Italia, nunca tendrá el espíritu libre para disfrutar lo más especial, lo más precioso de Holanda.



La anterior es la traducción de una linda analogía hecha Emily Perl Kingsley, la escritora de "Barrio Sésamo", que además es madre de un niño con Síndrome de Down.

Es una bella forma de explicar lo que es un pequeño con Down para su familia, "una nueva experiencia, que no pensábamos vivir, que se presenta cuando queríamos vivir otra, pero no por eso menos bella e interesante".

Solo discrepo con ella, a pesar de no ser padre de uno de estos niños, cuando dice que dolor no se va. Yo creo que el dolor forma parte de la adaptación familiar, pero puede llegar a transformarse en alegría y amor, y desaparecer para siempre si somos capaces de darles el espacio que necesitan.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola me encanto tu informacion y comentarios soy mamá de un retoñito down de 24 días y esto me da apoyo...
gracias

Anónimo dijo...

hola! soy maestra especiel no dejo mis datos porque no le entiendo a la computadora pero sabes eres una super mama
te felicito

vanessa dijo...

tengo un bebe de 1 año con s.d y la verdad q yo nunca he sentido dolor,solo senti la necesidad de saberlo todo para poder hacerlo bien,y creo q lo estoy logrando el es muy sano y somos felices con cada cosa nueva q hace es lo maximo

Juamho dijo...

Me gustan tus comentarios, tu forma de exponer y de aconsejar. No deberías de dejar de escribir este tipo de cosas, hay mucho de lo que hablar, y tu lo haces bien, se te entiende. Esto es muy importante.

A muchas parejas asustadas, tristes y desconocedoras, les vendrá muy bien. Animo, retoma el teclado...

Saludos. Juanjo

Anónimo dijo...

Angelitos de Dios